Carta XXIII.
Tengo esta manía de contarme las cosas y vivirlas de la manera más pura posible, sin intentar trastocarlas. Si sentí miedo, lo sentí, se dice y punto. No se maquilla con ilusión, no se maquilla con nervios. Putos nervios y perdón. Me obsesiona no tocar los recuerdos. Cada vez que los recuerdo, cada vez que cambia el interlocutor (yo misma con un sentimiento distinto), cambio el recuerdo.
¿No me hacen caso? ¿No me hago caso? Que empiece el drama. Lo fuerte es que solo fui a comprar un pantalón, pero cuando vi que no me escuchabas me empecé a poner bien de drama, bien de fuerte, de LO MALO QUE ERA QUE NO HUBIERA O NO ME CUPIERA MI TALLA. Pero ni es verdad, ni me afectó. Quería llamar tu atención. Fue a traición. Eso está mal. Ahora lo recuerdo como un momento MAL. Y ni me afectó.
Y al contrario también: absolutamente obsesionada con no sobre positivizar las cosas. Los recuerdos tienden a borrar las cosas malas y recordar las buenas solamente, y eso –Aish– eso nos lleva a caer en el mismo error otra vez. No vayas a ese sitio sin acordarte de que pasaste mucho calor, porque si no te acuerdas, no sabrás enfrentarte a él. No hagas ver que no pasaste mucho calor, porque si no, no tendrás herramientas para a él. Digo calor cuando quiero decir vergüenza, y digo sitio cuando quiero decir evento. Ni siquiera me atrevo, en mi propia carta, a poner las cosas en su sitio. Vivo obsesionada con no sobrepositivizar, no recordar solo lo bueno, intentar vivir los recuerdos de la manera más real posible.
Lo que sí que soy es optimista, y esto se confunde. Tiendo a pensar que todo pasa por algo, y que está bien así, y que seguro que he aprendido algo. Pero intento recordar las cosas tal y como son. Este verano mi cabeza no ha descansado; si acaso lo ha hecho de escribir y de las redes sociales, pero no ha parado con el run run, y quiero recordarlo así. Porque a veces me olvido de que necesito parar el run run y no le pongo remedio, y eso también me obsesiona.
Run, run, run, run, run... con esta batería a medio gas empezamos la rutina de nuevo. A mí me gusta la rutina, o no sé si os estoy leyendo a todas y me estáis haciendo quererla. ¿Ha dado fuerte este año por decirnos que es lo más, no? La mitificáis; no es para tanto, solamente, ojalá haber descansado.
Ahora no sé si he descansado real, y qué significa descansar. Tan obsesionada con no reescribir mis recuerdos, que ahora ya ni me acuerdo de si son recuerdos. Por favor, cabeza, haz reset de este bucle. Empezamos rutina.
Loading… 99%. ¿Listos para el reset?

Y esto me inspira:
Rutina significa desayunos buenos y ricos, y si alguien ha probado esta receta que me ha perseguido todo el verano que me diga si vale la pena. Aparentemente SI.
POV nueva rutina:
Nada más que añadir hoy.
Y nada, hasta aquí la carta de hoy. Espero que no os obsesionéis con los recuerdos. Nos vemos en 2 semanas (o eso creo). Si has leído hasta aquí, es una suerte para mí <3. Si te ha gustado, házmelo saber, me haría muy feliz (¡mucho!). Y si te apetece más, suscríbete.
Por favor hazme los croissants mientras me cuentas todo esto mejor please please
Martita!! Es un buen planteamiento el tuyo…. Siempre consigue inquietarme!!!!
Mua
MF